El hombre del maletín negro llega a su casa. Nada más verlo, sus hijos se lo comen a besos. Luego, en la cama, le dice a su mujer lo que le viene diciendo desde hace tiempo: que sin ellos la semana se le hace muy larga. Esta vez piensa llevarlos al zoo y al cine. Lo que prefieran. Enternecida, su mujer lo abraza con fuerza.
Dos días más tarde, el hombre del maletín negro ya no está con ellos. Como de costumbre, llega a su otra casa. Nada más verlo, también allí se lo comen a besos.