Aquel niño muerto apestaba. Tenía un solo ojo y la boca hinchada. Sus manos estaban podridas, y, al caminar, iba dejando un rastro de purulencias y restos de carne amorfa con gusanos negros. Nosotros, los otros niños, lo excluimos de nuestros juegos para toda la eternidad.
Vaya con los niños muertos pijos, no les aguanto ni aquí ni en la eternidad.
ResponderEliminarEs francamente duro, me parece de una crudeza espectacular que hasta la muerte nos desiguale.
ResponderEliminarIncluso los niños muertos siguen siendo crueles. Hay que ver. Abrazos, Ricardo.
ResponderEliminarSí, muy duro, y terriblemente cruel desde la inocencia más pura y descarnada que tan bien reflejas. Si me permites un apunte, disculpa de antemano mi atrevimiento, la última frase me suena mejor sin "niños muertos", simplemente "Nosotros, los otros, lo...". Creo que podrías eliminarlo, me parece demasiado explicativo, incluso estéticamente le resta fuerza. Insisto, muy buena pieza.
ResponderEliminarAbrazos.
Luisa: esperemos que no haya eternidad, o que si la hay sea otra cosa distinta a lo que ya conocemos. Pero ¿no sería mejor que la hubiera al fin y al cabo? Saludos.
ResponderEliminarSusana: si nuestra historia está jalonada de desigualdades, cómo no será la eternidad. Un abrazo.
Gemma: es que la crueldad empieza desde la infancia. Lo demás es una prolongación y un refinamiento. Besos.
Agus: me parece una muy buena sugerencia lo de quitar "muertos". Además, ya lo dice el título. Me alegro que te haya gustado, a pesar de lo terrible de la historia. Un fuerte abrazo.
¡Jolín! y se copia la crueldad infantil también en la eternidad.
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Besitos
Elysa: en el fondo la muerte es un trasunto de la vida, no creo que ni mejor ni peor si en ella volvemos a estar. Besos, y gracias.
ResponderEliminarMe gusta este microrrelato con mala leche, humor negro y muchísima verdad. Hay una parte del ser humano (afortunadamente una parte,también hay otras algo mejores) que es así allá donde esté.
ResponderEliminarEnhorabuena,
Abrazo
Rosana
Rosana: qué alegría que veas en la mala leche y la crueldad de estos niños humor negro. Y también verdad. Creo que M. de Montaigne lo afirmaba en sus Ensayos como una evidencia más de nuestra esencia.
ResponderEliminarMuchos besos.
Rosana: qué alegría que veas en la mala leche y la crueldad de estos niños humor negro. Y también verdad. Creo que M. de Montaigne lo afirmaba en sus Ensayos como una evidencia más de nuestra esencia.
ResponderEliminarMuchos besos.
Trauma infinito...y sin la poder crecer y tener una oportunidad para la venganza.
ResponderEliminarMe gusta mucho.
La cámara de escribir: la eternidad tiene eso, que todo es para siempre. Buenvenido, y por cierto me resulta curioso que seas la cámara de escribir y no la máquina de escribir. Un abrazo.
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