Murió el abuelo. Pero lo peor ocurrió en el cementerio, cuando entre gritos de desesperación y dolorosos lamentos, hubo que convencer a la abuela. De un golpe en la nuca, la derribamos y la metimos en el féretro.
Pues ya ves, Rosana, hay quien muere matando, o que no puede estar solo en el más allá... Aunque la pregunta inquietante es: ¿hay que cumplir las últimas voluntades? Un beso.
Miguel: muchas gracias por pasarte por aquí. Espero que sigas viniendo y comentando lo que te plazca, con total libertad. Me alegro que te hayan gustado los micros que mencionas. Un saludo.
Puffffff.,......y con eso espero expresarme con claridad. Muy bueno Ricardo.
ResponderEliminarPues ya ves, Rosana, hay quien muere matando, o que no puede estar solo en el más allá... Aunque la pregunta inquietante es: ¿hay que cumplir las últimas voluntades?
ResponderEliminarUn beso.
Humor negro y fino. Se agradece.
ResponderEliminarBeso
Gracias, Alejandra. A falta de amor, bueno es humor (aunque sea negro).
ResponderEliminarOtro beso.
ESte, junto al del mendigo que he leído hace unos minutos es uno de los que más me ha gustado. El golpe final en ambos es genial.
ResponderEliminarSaludos
Miguel: muchas gracias por pasarte por aquí. Espero que sigas viniendo y comentando lo que te plazca, con total libertad. Me alegro que te hayan gustado los micros que mencionas. Un saludo.
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