sábado, 11 de junio de 2011

Bichitos



Los mayores lloran todas las noches cuando su madre aparece en el cuarto y los despierta. Son los que más miedo pasan. En cambio, los gemelos, que aún no tienen dos años, se dejan achuchar un buen rato. Ella ya no es tan guapa como antes, ni huele a flan de limón. Pero las criaturitas son tan inocentes que no les importa el rastro maloliente que deja. Ni siquiera sienten asco cuando ven la viscosa procesión de gusanos trepando por sus llagas. Al contrario: en una cajita de zapatos guardan, como fabuloso tesoro, un puñado de esos bichitos negros.

2 comentarios:

  1. Macabro, macabro, macabro... yo creo que la sombra de Iwasaki está detrás.
    Un beso, Rosana.

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