martes, 29 de marzo de 2011

La muerte de los relojes

Llegué cansado a casa, me duché, cené, vi un capítulo de mi serie favorita, me tomé un whisky, puse el despertador a las ocho, me metí en la cama y me dormí. Entonces soñé que llegaba cansado a casa, me duchaba, cenaba, veía un capítulo de mi serie favorita, me tomaba un whisky, ponía el despertador a las ocho, me metía en la cama y me dormía. Pero el despertador del sueño dentro del sueño no sonó. Y lo peor: tampoco sonó el otro.

7 comentarios:

  1. Los argumentos rebuscados siempre dan mucho juego dentro del microrrelato, como tb ocurre en el cine.

    Son dos artes en los que realmente editamos la realidad.

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  2. Estoy de acuerdo contigo, Daniel. Realidad, cine y microliteratura son tres fuentes donde saciar nuestra sed de imágenes, y no necesariamente en ese orden. Hoy en día nuestra mirada a la realidad y a la ficción son casi la misma mirada, la de un espectador curado de espanto.
    Un fuerte abrazo.

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  3. que bueno es este,me recuerda un poco a la peli de origen.
    Y casualmente ese cuadro de Dalí lo tengo colgado en mi cuarto,en serio,me compré una copia una de las veces que fui a Barcelona.

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  4. Sueño y realidad sin límite ni fronteras. Aunque sea un tema recurrente, lo expresas de forma muy personal.

    Un saludo.

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  5. Juanma, no sé a qué peli te refieres. A ver si me puedes poner al tanto.
    Un saludo.

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  6. María, cuánto de sueño hay en la realidad y cuánto de realidad en los sueños. A veces cuesta separarlos.
    Un abrazo.

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  7. La peli es una que estrenaron hace poco,creo que la protagonizaba Tom Cruise,no tiene mucha relación con el relato.pero el tema del tiempo y sueño lo tocan en esta peli de ficción.

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