*Flavia
Company (fotografia de Guillem
Medina).
Ha decidido otorgar el premio como ganadores en las tres categorías participantes a concurso a los microrrelatos:
CATEGORIA LOCAL:
Encargo
real
Me ahogo. Me cuesta
respirar, pero a nadie le importa. Odio el corsé, a los enanos y a los perros.
Cada tarde se cuelan por la ventana las risas del patio abofeteándome la cara
hasta el sonrojo. No puedo más, tengo calambres en las piernas y el óleo me
produce náuseas. Mañana no vengo. Velázquez le aseguró a papá que acabaría en
seis meses. Llevamos ocho.
Mònica Sempere i
Creus
Barberà del
Vallès
CATEGORIA
CATALÀ:
Amics
Ens vam separar sense
mirar enrere. Acomiadar-nos, és clar, hauria estat absurd. Intuïa la seva
esquena allunyant-se per sempre. Les cames em tremolaven: intentava mantenir el
pas ferm, però amb prou feines podia caminar. Tants anys d'amistat! Inseparables
des de l'adolescència, havíem compartit estudis, il·lusions, alegries i
desenganys. Compartir l'amor de l'Anabel, però, era
excessiu.
Ara, amb el cor
encongit, comptava les passes que ens distanciaven. Quan vaig sentir l'avís vaig
girar-me, bruscament. Hauria volgut disparar a l'aire, però conservar el meu
prestigi d'excel·lent tirador també era una qüestió
d'honor.
Jordi Masó
Rahola
La Roca del Vallès
(Barcelona)
CATEGORÍA
CASTELLANO:
Los
suicidas
Poca gente sabe que a
los ahorcados nos gusta balancearnos colgados de nuestra cuerda. Ya sea de una
lámpara, de una rama o una viga, amamos ese movimiento suave, ese bamboleo
silencioso de mitigación del dolor, esa ondulación pendular de resarcimiento de
nuestras culpas. Así nos sentimos libres al fin, como globos de colores,
esperando que algún niño coja nuestra soga y nos pasee por el parque. Sabemos
que es solo un sueño, que siempre termina viniendo algún desalmado que nos
descuelga para meternos en un cajón triste, para mantenernos otra vez
prisioneros, otra vez esclavos, otra vez dominados. Aunque nunca perdemos la
esperanza de que llegue antes el niño que el
diablo.
Mar Horno
García
Torredonjimeno
(Jaén)