sábado, 8 de junio de 2013

En La nave



Hoy toca navegar en La nave de los locos de Fernando Valls. Espero que os gusten los microrrelatos extraídos de mi libro Imaginarium, del que por cierto cada vez quedan menos ejemplares a la venta, dado que su tirada fue de sólo 200 ejemplares. Así que quien quiera hacerse con uno de ellos no tiene más que pedírmelo y se lo enviaré al módico precio de 10 euros (gastos de envío incluidos).

viernes, 7 de junio de 2013

Despojos de REC


                                                                  (Foto: Elena Leiva)


Durante un tiempo, no muy lejano, estuve coqueteando con la idea que expuso Millás en una de sus novelas sobre un curioso tipo de escritor que, en contra de lo que se pudiera pensar, es más abundante de lo que parece. Para bien y para mal. Decía en ella, en la novela, que el escritor más puro es aquel que no escribe una sola línea en toda su vida, para no darse la oportunidad de fracasar en aquello que más se juega uno. Para qué escribir, venía a decir allí, si nada nos va a salvar de la obra mal hecha, de aquello que, se mire como se mire, arrostrará un punto de imperfección que a ninguno, a escritor y a lector, nunca dejará del todo satisfecho. Que fracasen otros, pues. Que fracasen quienes, a la hora de escribir, adoptan precisamente el papel de escritores… impuros. De ahí que no haya sido insólito que algunos de los mejores escritores de nuestra tradición literaria extremaran hasta el paroxismo toda clase de precauciones sobre su propia obra, unos negándola, otros corrigiéndola una y otra vez, en busca de un ideal de perfección agotador e inalcanzable, y, en fin, otros más aspirando a ver arder en las llamas su obra entera, reducida a cenizas en una purificadora hoguera. Borges, JRJ y Kafka serían algunos de estos no sé si ejemplares ejemplos.

Escribir es contar una verdad encubierta por muchas mentiras. Pero aunque aceptamos las mentiras, qué difícil se nos hace vivir entre ellas. Tal vez por eso el escritor, más que cualquier otro artista, desconfía de su propio trabajo y obra. Nunca sabe a ciencia cierta si aquello que sale de sus manos (novela, relato, poesía, microrrelato, etcétera) tendrá el efecto verdadero que quiso darle, si es que quiso darle alguno.

Hoy, muchos años después de haber leído aquella novela de Millás en la que modelaba el perfil del escritor más puro, sigo coqueteando con la idea de no escribir, pese a haber escrito ya un libro (Imaginarium) y mantener un blog (http://odadrek.blogspot.com.es/).

(En el facebook https://www.facebook.com/DespojosDelRec se publica hoy esta semblanza junto con el micro que quedó despojado hace unos meses en Relatos en Cadena)