No estábamos invitadas a la
fiesta de disfraces, pero igualmente fuimos mi hermana y yo. Y ya, durante toda
la noche, no hubo sino miradas de asombro y corros alrededor nuestra. Todos querían
saber dónde habíamos conseguido aquellos disfraces de muertas. Pero no le
dijimos a nadie que no eran disfraces.