jueves, 6 de octubre de 2011

Monedas


De vuelta a casa, Curzio Andrades ve brillar una moneda en el suelo. Antes de agacharse y cogerla, por si acaso comprueba que no hay nadie observándolo. En esa misma calle, diez o doce metros más adelante, vuelve a encontrar otra moneda. Lo insólito es que, a medida que anda, Curzio Andrades va descubriendo cada vez más cerca unas de otras, esparcidas en una fila interminable, un sinfín de monedas. Por suerte para él, la calle, a esa hora larga de la noche, está totalmente desierta. A Curzio Andrades le parece un misterio, pero, a gatas, arrastrándose torpemente por el pavimento, no deja de llenarse los bolsillos del pantalón y de la chaqueta. Por fin, al llegar al portal de su vivienda, recoge la última moneda, y loco de contento, sube de dos en dos los escalones, abre y cierra la puerta, pero, con el ruido del golpe, va y se despierta.

7 comentarios:

  1. ...¿y rodaron todas las monedas por el suelo?
    Buen final.
    ¡Ya podía haber tenido el pobre Curzio el sueño más pesado!
    Saludos.

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  2. Juglar, el sueño de Curzio lo he tenido yo algunas veces, sobre todo de niño. Dejar el rastro de una moneda en su bolsillo, podría haberlo hecho más intrigante y emparentarlo, así, con otros relatos, pongo por caso el de Continuidad de los parques de Córtazar, pero esta vez lo mejor era mantener el ritmo del relato en esa situación insólita. Un fuerte abrazo.

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  3. ¡Jo! yo que estaba entusiasmada recogiendo monedas con Curzio... qué pena ese golpe y que final más sorprendente.

    Besitos

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  4. Si es que la felicidad dura muy poco!

    También yo he soñado alguna vez con traerme cosas de algunos sueños y al despertar... la desilusión. Me lo has recordado con tu relato.

    Un abrazo.

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  5. Elysa, como puedes ver, a veces, soñar sale caro, aunque es gratis. Un beso.

    María, si es que los temas de los sueños son los de la vida misma, y los compartimos. Besos

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  6. Has descrito con exactitud uno de los sueños que he protagonizado durante gran parte de mi niñez. Lo recuerdo y revivo, con detalle, a través de tu relato. Son varias y contradictorias las interpretaciones que se ofrecen al respecto. Me encanta soñar, incluso durmiendo...

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  7. Anónimo, me gustaría saber cuáles son algunas de esas interpretaciones, porque a mí también me ocurría tener ese sueño. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

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