viernes, 3 de junio de 2011

Matar el tiempo


Con un cuchillo de cocina, no especialmente afilado, le rebané el pescuezo a mi hermano pequeño. Al abuelo le reservé una muerte más lenta: mientras veía la tele, le ensarté una bolsa de plástico en la cabeza. En cambio, a mi madre la torturé cortándole algunos miembros con una sierra oxidada.
Así pasé la tediosa tarde de verano: ejecutando mentalmente a mis seres queridos. Sólo para matar el tiempo.

7 comentarios:

  1. Juanma:No esta mal jajaj aunque en mi caso prefiero pensar otras cosas,como por ejemplo en haber como me saco filosofía e historia :)
    Buen relato,aunque más corto de lo normal,¿no?
    (no puedo acceder a mi cuenta nse por que,por eso he puesto anonimo,haber si lo arreglo).

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  2. Juanma: como en otras cosas de la vida, el tamaño no importa.
    Espero que este verano aproveches el tiempo para esas dos Historias que tienes pendientes. Y a ver si hay suerte.
    Un saludo

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  3. Me trajo a la memoria American Psycho pero en versión adolescente ;)
    Has conseguido unir muy bien sin costuras la ficción psicótica del chico con la ficción de la historia en sí.

    El tamaño da igual, amí a veces me slaen micros de 250 a 300 palabras, otras veces más cortos pero la clave creo que es la intensidad.

    Un abrazo

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  4. Rosana: tú lo has dicho, la clave es la intensidad. Y es cierto que buscaba mostrar una psicosis limpia, sin mucha retórica, sin porqués.
    A ver si te mando los micros que quedé en enviarle a Fernando Valls para final de este mes, y me dices qué te parecen. No sé si tu mail es el que aparece en tu blog.
    Un abrazo.

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  5. Sí mi mail es el del blog.
    Cuando quieras. ¿Aparecerás en la antología?

    Un abrazo

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  6. Ricardo, mi padre ametrallaba a los fieles en la misa de los domingos... por lo que veo es una práctica común, no solo mata el tiempo sino que alivia la agresividad.
    Un abrazo

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  7. Anita, la historia que me cuentas de tu padre tiene muy buenas aristas literarias. La imaginación es un potente artefacto destructivo, puede acabar con todo, incluso con uno mismo.
    Un abrazo, y un placer que me visites.

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