miércoles, 16 de noviembre de 2011

Fobia



Por fortuna no siempre nos visitan, pues no existe sensación más desagradable que encontrárselas repentinamente deambulando por la cocina, el cuarto de baño o cualquier área al que tienen acceso por medio de sus largas patas. Exhiben siempre un aire de displicencia con el que parecen decir que son ellas las legítimas propietarias de las casas. Las más repugnantes suelen ser oscuras, peludas y bigotudas. Según los biólogos, en el ámbito doméstico se nutren de cualquier tipo de alimentos, aunque demuestran especial interés hacia materiales con fécula, sustancias dulces y productos cárnicos. Habitan en los más recónditos e inexpugnables lugares del planeta, y en ocasiones hasta infestan los basureros, donde pueden soportar los crudos inviernos gracias al calor generado por la basura. Su lugar de origen es África, aunque se sabe que después de milenios entró a Europa. De ordinario son seres inteligentes, incluso pacíficos, pero lo cierto es que las cucarachas perciben a las personas como organismos desagradables y repulsivos. Cuando las detectan en su contorno retroceden ante ellas, y huyen despavoridas a ocultarse en una mínima hendidura. Está claro que las personas les dan asco.









8 comentarios:

  1. Disculpa mi ausencia Ricardo,pero sé que tú que también estás muy ocupado lo entiendes.

    Lo que más me gusta de este texto es que has capeado la tentación de tirar de final sorpresa con trampa o de tirar de lo que el lector cree que vas a hacer. La reflexión final convierte el texto en una especie de bestiario, el símil entre el comportamiento humano y el de las cucarachas induce una duda razonable en el lector y el final a modo de corolario con el comportamiento de las cucarachas justificado por la repulsión que les provocan los humanos.


    Un abrazo

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  2. Rosana, tienes razón en esa lectura pormenorizada que haces. Hay en el relato una voluntad clara de sembrar la duda en el lector, con ese paralelismo cucarachas-personas. Necesitamos una bestia a la que repudiar para exorcizar a otras bestias.
    Respecto a tu larga ausencia por aquí, quedas disculpada. Un fuerte abrazo.

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  3. Muy bueno este micro, Ricardo. La idea es excelente. Y la realización también. Encuentro todo muy entonado y equilibrado.
    Un abrazo,
    P

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  4. Yo suscribo el comentario de Pablo, en el sentido de que el tono construye con acierto el giro final.
    Abrazos.

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  5. Yo como lectora según voy leyendo no dejo de pensar: vamos a ver quién tiene fobia a quién... Me gusta la manera en que está narrado, anticipa pero no...

    Besitos

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  6. Pablo: me alegro de que encuentres el micro en su punto justo, como un buen bistec, ni muy hecho ni muy pasado. Un fuerte abrazo.

    Susana: igual que a Pablo, te digo que es un placer saber que te ha gustado, y que al micro no le sobra ni le falta nada, o eso creo. Besos.

    Elysa: eres una buena lectora, manteniendo la duda hasta el final del relato, dejándote llevar por la incertidumbre de no saber quién siente realmente la fobia. Un beso.

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  7. Yo solo puedo darte las gracias por no engañarme aunque me has hecho andar por el filo.
    Todo el relato induce a que al final nos darás con una artificiada sorpresa en las narices, y lo sorprendente resulta precisamente que no lo haces.
    Felicidades y gracias.

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  8. Fernando: buscaba precisamente eso, hacer creer al lector que el final sería una sorpresa manida, pero no. Es verdad que los microrrelatos o nanorrelatos, como los llamas tú, se prestan en muchas ocasiones al giro final inesperado, y éste lo tiene, pero creo que también cuentan otros aspectos, como la narración de la historia, el lenguaje y el juego de contrasentidos.
    Muchas gracias por tu comentario y bienvenido.

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