jueves, 19 de enero de 2012

Casa de muñecas





Venían de países remotos, atraídos por la fama de la diminuta casa. Era pasmo de todos los viajeros contemplar sus reducidas estancias, muebles en miniatura y objetos microscópicos. Pero lo que más impresión producía eran las dos niñas del tamaño de una uña, jugando alegremente con su par de muñecas minúsculas.

(Este micro llegó a las deliberaciones finales del concurso de La microbiblioteca)

11 comentarios:

  1. Enhorabuena Ricardo.

    Es una pieza escrita con una extrema delicadeza, con pulso, que se asoma al vértigo.

    Abrazos.

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    1. Agus: muchas gracias por ver la dicotomía que contiene el micro, en la que vértigo y delicadeza son dos pilares.
      Un fuerte abrazo.
      P.D. Por cierto, qué pasó con Alejandra Díaz Ortíz?

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    2. Nada, tal y como me dijiste me puse en contacto con ella, pero me dijo que estaba muy atareada ultimando su segundo libro. Le dije que cuando terminara se pusiera en contacto conmigo.

      Abrazos.

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  2. Es cierto. Es un micro aparentemente tierno pero que estremece su lectura.
    Muy bueno.
    Un abrazo.

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    1. Juglar: antes de nada, gracias por tu fidelidad. Y respecto al micro, coincido contigo en todo. Tiene su punto de dulzura, pero con un trasfondo inquietante.
      Un abrazo.

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  3. Muy bueno. Entiendo que fuera mencionado como especial en ese concurso.

    Un abrazo, Ricardo.

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    1. María: me quedé a las puertas, pero con buen sabor de boca. Gracias, y un beso.

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  4. Lo inquietante entre otras cosas son esas dos niñas con sus muñecas diminutas. Imagino, y y seguro que esa era tu intención, si no seré yo una muñeca metida en unca casa de muñecas. Me lleva a imaginar un juego de cajas chinas que produce vértigo.

    Abrazo

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    1. Rosana: no había imaginado esa lectura, pero me la quedo. Lo que dices es espléndido, y, aunque en el micro no se vea explícitamente, tiene sentido.
      Un fuerte abrazo

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  5. Es muy bueno, Ricardo. Sorprende y pasma por igual.
    Abrazos

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  6. Gemma: me alegro del pasmo que te causa la minúscula casa con sus diminutas niñas.
    Abrazos.

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